jueves, 24 de julio de 2014

Cuando menos te lo esperas va la vida y te da un tráiler

Saludos, adorables enfermos seguidores que continuáis perdiendo vuestro tiempo leyendo este blog regentado por tres personajes aún más enfermos que vosotros.


Como podéis comprobar, nuestro propio blog nos delata al revelar que hace unos seis meses largos que no escribimos. Esto se debe a que hemos estado liados a) estudiando y b) viviendo cuando hemos terminado de estudiar. Sin embargo, como nos debemos a nuestro público y hace un par de días Beyoncé anunciaba en su Instagram (eh, que esto es cierto) que este jueves habría SÚPER TRÁILER DE 50 SOMBRAS (que, por favor, nadie se pregunte cómo nos enteramos de la noticia) decidimos subirnos al carro y hacer una doble entrada: vídeo+capítulo+sorteo de entradas para ver la pelíJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, no

El tráiler es el siguiente y viene cargado de momentos emocionantes, como todos aquellos basados en las miradas que comparten los protagonistas que comprenden, más o menos, minuto y medio del mismo.


No obstante, los de Universal cuidan bastante los detalles en las adaptaciones y nos ofrecen, en estos escasos dos minutos veinte de poesía hecha imágenes, varios primeros planos de los dedos del actor (no gay) que encarnará a Grey Fingers. El tamaño ya puede juzgarlo cada uno en su casa con su propio zoom y su propia conexión a Internet.
Además, han logrado captar la esencia de lo aséptico, porque a primera vista los decorados no se diferencian mucho, y han elevado el ver tráilers a un nuevo nivel porque, con el deslumbrante color blanco reinante, las gafas de sol son imprescindibles. Cabe recordar que dicho color nos recuerda que Plastastasia es virgen, botante y votante, que a ver si os vais a liar con el mensaje del director.
Aunque, sin duda, lo más logrado de toda la composición ha sido la capacidad de maquilladores y estilistas para mostrar a un Jamie Dornan al nivel de Rosi de Palma recién levantada; seguida muy de cerca por la banda sonora de Beyoncé que recanta una de sus canciones más vintages (la cual, seguramente, será la BSO del primer polvo encuentro romántico) recordándonos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y, si no, comparad Aquí no hay quien viva en sus primeras temporadas con La que se avecina.

De todos modos, como sabemos que sois gente impaciente y no podéis esperar hasta el X de junio de 2015 (que será cuando salga en DVD seguramente y se pueda descargar ilegalmente comprar en cualquier tienda) para disfrutar de esta gran película en vuestras casas (siempre podéis elegir ir al cine junto a miles de adolescentes y mujeres de mediana edad), hemos decidido seguir contándoos lo que sucede en la historia que a todos nos encanta pero fingimos odiar. Así que ahí vamos con el capítulo 7

Por si en estos seis meses no se os ha ocurrido revisitar el blog y, actualmente, os da pereza bajar con la ruedecilla del ratón, os recordamos que Anastasia acaba de llegar al cuarto rojo del sadomasoquismo que es donde, os adelantamos, se va a concentrar prácticamente toda la acción del libro a partir de ahora (bueno, en ese lugar y en cualquier superficie propicia para fornicio).

Para no extendernos mucho en lo irrelevante, digamos que las primeras cinco páginas del capítulo se centran en la definición de ese antro de pecado habitáculo adaptado para el placer. Anastasia la define como “habitación con efecto uterino” para que os hagáis ya todas las ideas. La verdad es que es un sitio muy completo, con sus látigos, sus postes, su cama con dosel, sus esposas, sus mosquetones, sus varas, sus fustas… todo muy de no dar la vuelta y correr hasta que sangren los pies, teniendo en cuenta que la protagonista era, hasta el capítulo previo, virgen de boca y de pasear de la mano con un hombre. Sin embargo, nuestra Ana da un giro de 180º a la visión dantesca que acaba de presentar y sentencia: “la tenue luz y la piel granate hacen que la habitación parezca dulce y romántica. Sé que es cualquier cosa menos eso”. Y menos mal que lo sabe que, si no, hubiera firmado un acuerdo de confidencialid... Oh.

El resto de páginas se convierten en una tortura intercambio de ideas entre Dedos y Bella Swan en el que él revela que es un Amo (con A mayúscula, a lo 12 años de esclavitud) y ella se dedica a no entender cosas y pensar que él no le haría daño SIN su consentimiento. Lo bueno es que Bella se da cuenta de que su único propósito en la vida es complacer a Christian – en lo que, en palabras de la propia protagonista, es una revelación – y de que el chaval ha sido un pelín dominante desde siempre; pero ella es una valiente y, fundamentalmente, obediente y, aunque su instinto le dice que huya, no tiene miedo y se queda porque le ama después de una intensa semana de conocimiento mutuo.

- Se trata de ganarme tu confianza y tu respeto para que me permitas ejercer mi voluntad sobre ti. Obtendré un gran placer, incluso una gran alegría, si te sometes. Cuanto más te sometas, mayor será mi alegría. La ecuación es muy sencilla.  
- De acuerdo, ¿y qué saco yo de todo esto?
Se encoge de hombros y parece hacer un gesto de disculpa.   
- A mí - se limita a contestarme (Si esto fuera una conversación del WA, aquí hubiera ido la flamenca)

Bebed agua, que seguro que se os ha secado la boca y tenéis que estar hidratados para la parte álgida del capítulo: EL CONTRATO. Para que os hagáis una idea, el contrato es la denigración hecha palabra y la protagonista tiene que firmarlo si quiere alguna relación con Grey. Si no, él le advierte que no piensa dedicarle ni un “hola” por los pasillos porque “él es así” que a unos les gusta el queso y otros lo odian y ¡Oh, la diversidad de la vida humana! (lo del queso viene en el libro, verídico). Que aquí Bertín Gris es muy selectivo y sólo les dice “ven pa’ acá que te lo bordo” a las firmantes (que han sido unas 15 pazguatas).

Luego la cosa empieza a subir de tono y el protagonista confiesa a nuestra plasta favorita que le atrae “como una polilla a la luz”. Vamos, que a punto está de soltarle que “está mazo de chanao por ella, como una mosca por la mierda”, pero Gris es un tío muy de principios del condicionamiento y le advierte que confía en el castigo doloroso cuando es necesario. Muy de novio que respeta.

Anastasia, para llenarse de valor y tener la mente despejada, bebe hasta que lo aséptico le da vueltas y se enfrenta, por fin, al meollo. A lo largo de las cuatro páginas restantes observamos una serie de normas de conducta que toda relación igualitaria debería tener: desde informar de las horas de sueño, hasta vestirse como el Amo diga, tener sexo cuando el Amo diga, obedecer al Amo de forma entusiasta y expeditiva, comer lo que el Amo (en su afán de nutricionista experto) diga, estar depilada en todo momento y nada de pelillos en invierno porque ‘total, como no se ven…’, hacer ejercicio con un entrenador personal porque el Amo, al contrario que la canción, no las prefiere gordas… Y, la mejor:

Cualidades personales: La Sumisa solo mantendrá relaciones sexuales con el Amo. La Sumisa se comportará en todo momento con respeto y humildad. Debe comprender que su conducta influye directamente en la del Amo. Será responsable de cualquier fechoría, maldad y mala conducta que lleve a cabo cuando el Amo no esté presente. 
El incumplimiento de cualquiera de las normas anteriores será inmediatamente castigado, y el Amo determinará la naturaleza del castigo.

En un alarde de lucidez, Anastasia se siente un poco Pretty Woman en el sentido más estricto del término, pero luego se le pasa porque todos tenemos claro que la chica va a firmar, y más tras ver la lista de límites infranqueables de Dedos Largos que, gracias a cualquier ente divino, excluye del coito: los actos con fuego, orina y excrementos, niños y animales y objetos punzantes. Gracias E. L. por excluir los excrementos. De corazón.

Y, nada, como siempre el capítulo termina en un punto que nos lleva a seguir la lectura como drogadictos esperando un nuevo chute: y es que Anastasia le confiesa que es virgen y a Grey le da un ataque de histeria porque, a primera vista, estaba claro que la chica era una experimentada en las artes amatorias. Y, si no, miradla en su nuevo videoclip: