sábado, 28 de diciembre de 2013

Capítulo 6: La Virgen de Lourdes.

En estas fechas tan señaladas, tras meses de abandono de nuestro blog debido a nuestra vida socio-universitaria (socio-universitaria: del latín. Que sólo tenemos vida social en la universidad), nos hemos sentido tan identificados con Anastasia (recordad, ella también estudia, es universitaria, propensa a ser atropellada por bicicletas y virgen de boca, de beso y de Lourdes) que hemos tenido que hacer una entrada especial.


Especial porque volvemos a escribir. Y ya. Qué pensabais.




¡Que noooo! Sabéis que en la mayoría de entradas siempre os ofrecemos un consejo sin el que vuestra vida no tendría sentido y, en este caso, viene en forma de regalo:

¿Estás hasta las narices de las compras navideñas? ¿Odias tener que pensar qué regalo sería el más adecuado para tu tío abuelo Eufrasio, que siempre “tiene de todo”? ¿Estás leyendo esto con voz de teletienda? ¡No te preocupes! Desde El Trauma Grey te traemos la solución definitiva.

Os presentamos el producto estrella de estas fiestas: Uau de Christian.

No esperes más para atraer a acosadores y posibles psicópatas y hazte con un frasco de esta inigualable mezcla de “sudor, gel… y Christian” (pensamientos literales de Plastastasia) antes de que se acaben nuestras existencias.
Elaborado con el mejor sudor de hombres y mujeres tras correr varias horas en cinta, el mejor gel de Hacendado y las células muertas de la piel de un sin techo cuyo nombre también empieza por C.

¡Llama  ahora y recibirás, de regalo, un rastreador de móviles para tener siempre localizado a quien tú quieras!
Precio a negociar.






Por si este tiempecillo de ausencia ha hecho que la trama de 50 Sombras de Grey – cuyo intérprete nunca será gay – haya caído en el olvido, aunque lo suyo sería que hubierais releído el blog hasta que os sangraran los ojos y os hubierais arrancado el pelo gritando “POR QUÉ, POR QUÉ NO VUELVEN A ESCRIBIR”, os haremos un resumen:

Anastasia tiene un problema grave de autoestima, quizá ligado a su pasado perruno y a que no sabe secarse el pelo y/o hacerse coletas. Tras tan trepidante comienzo de la trama, la cosa sólo puede ir dirección al éxtasis, como cualquier canción de Pitbull ft. Alguien, y es que nuestra protagonista conoce a un psicópata primario llamado Christian Grey que casualmente tiene los ojos grises y los dedos largos. ¡Ah! Y una empresa llena de gente rubia y un amigo negro que sólo sale en el primer capítulo.

A partir de entonces, todo es angustia, ya que se desconoce qué situación absurda va a forzar la autora – la entrañable E. L. James, conocida por grandes citas que harían suicidarse en masa a los más antiguos filósofos – para que los protagonistas se encuentren y crear una tensión sexual que parece que nunca se va a resolver, porque Anastasia es más parada que un cruce en hora punta, aunque se lava con el cepillo de dientes de otros porque sus fetiches son de lo más extraños.
Aunque, como sabéis, el capítulo anterior se salió de la monotonía. ¡Ya no sólo porque una bicicleta casi acaba con la vida de nuestra protagonista y tiene un trauma para cruzar la calle… sino porque Christian Grey le ha dado un beso! ¡Con lengua! (Por lo que, seguramente, Anastasia nunca se volverá a lavar la boca; ni con cepillo propio ni ajeno) ¡Y con forcejeo!

Y es que, tras un feroz intercambio de pasión en un ascensor, Anastasia ya se considera, según sus palabras textuales “otra mujer” (y tanto, recordad que en los capítulos pares Leticia se convierte en Batman Carmen de Mairena); aunque nosotros consideramos que se ha transformado sutilmente en vampiro, ya que ahora siente el doble la música, el color del cielo y el cantar de los pájaros. Se nos seca la boca.

Sin embargo, tras un montón de páginas en las que la autora nos muestra el ecléctico (que no aséptico) gusto musical de Christian, el gozo de Anastasia se sumerge en un pozo y vuelve a ser la humana de antes. No porque le hayan saltado las alarmas al darse cuenta de que su acosador sabe donde vive y es capaz de llevarla a casa en coche sin utilizar GPS, sino porque Dedos Largos asegura que no volverá a besarla si no es premeditado; por lo que suponemos que nuestro amado protagonista ha llegado a la misma conclusión que nosotros y pretende que, antes de volver a adentrar su lengua en la profundidad de la garganta de Anastasia, ésta se lave la boca. Preferiblemente con un cepillo de dientes que no sea el suyo para no sentir que se da un beso a sí mismo.

Por lo demás, el capítulo se encuentra repleto de datos de total interés como:


  • Que Anastasia y Kate van a ser cuñadas porque esta última se ha tirado al hermano adoptivo del señor Grey, del que dicho señor Grey está celoso porque el mencionado hermano (¿os habéis perdido?) se dirige a Anastasia ¡Como si fuera una mujer libre! ¡Como si no tuviera tatuado en la frente “Propiedad de Mr. Fingers”!
  • Anastasia se ha depilado axilas, piernas y cejas porque Kate considera que esta noche va a triunfar por todo lo alto. E. L. no nombra si las ingles han sido normales o brasileñas. O si ha habido ingles, que, a lo mejor, el señor Grey tiene que tirar de podadora.
  • La diosa que lleva dentro sigue, desgraciadamente, viva.
  •  ¡ALERTA DE VOCABULARIO!: E.L. define a Plastastasia como timorata. UAU, GUAU.
  • Grey siempre abre las puertas de los coches y la de los helicópteros. Porque tiene un helicóptero, es piloto en sus ratos libres (en los que no es empresario, ni acosador) y tiene helipuerto en su edificio.
  • Vuelven a meterse en un ascensor, pero esta vez no se besan. Hipotetizamos que será porque Anastasia no se ha vuelto a lavar los dientes, o en un descuido se ha dejado el bigote sin depilar.
  • A nuestra protagonista le gustaría deslizar la lengua por la mandíbula de Grey, ya que ella es la primera mujer con ascendencia perruna que monta en su helicóptero.
  •  Jerga de vuelo incomprensible.
  • Más jerga de vuelo.
  • …  *Lanzamos el libro por la ventana*… ¡Que no! Que lo tenemos en el e-book y portátil (como aconsejamos en nuestra entrada inicial) y cuestan un dinerillo.

Finalmente, tras trescientos “aquí dedos largos, cambio y corto”, podemos parar de poner guiones porque por fin llegamos al helipuerto de la casa de Grey y, aún mejor, a un momento álgido situado, cómo no, en una reflexión de Anastasia. Nuestra protagonista, en un alarde de autoestima y aprecio por su vida declara: “nunca haría nada que no quisiera hacer, Christian”…
… para desmentirlo una línea inmediatamente después admitiendo ella haría cualquier cosa por Grey, del que admite haberse enamorado… en dos días, hombre, al que le gusta el Pouilly Fumé, tal como destaca E. L en un ATRT (Acontecimiento Totalmente Relevante en la Trama).

Asimismo, en otro giro trepidante de los acontecimientos (¡todo son novedades!) descubrimos que Grey lo tiene todo grande, incluida la casa (metáforas sobre penes aseguradas, nenas) y Anastasia tiene otra cosa: hambre, pero no de comida (metáforas sobre felaciones aseguradas, nenas) por lo que Gris decide pasar a la acción y le da…


… no, un meneo no. Un acuerdo de confidencialidad


… que nuestra protagonista firma sin leer


… porque NO le importa lo que ponga.

UAU, GUAU, MIAU. Anastasia sí que sabe extrapolar lo de aceptar los términos y condiciones de uso a su propia integridad física y su aparato reproductor. Aprended de ella, porque la protagonista de esta obra SÍ que es una mujer adulta y no como nuestras lectoras, que prefieren salir con chicos normales y actualizar en Facebook que tienen una relación. ¡Vergüenza para vosotras!

Si creéis que la cosa ya no puede elevar más el nivel, ¡estáis equivocados! Porque os hemos engañado, el verdadero acontecimiento aparece ahora, casi al final del capítulo. Queridos amigos, vuestra vida va a dar un giro de 180 grados. ¡Qué decimos de 180! ¡360 y 180 otra vez! Porque E. L. James os abre las puertas al paraíso del romanticismo con una cita atribuida a Grey que hará que os tiemblen las piernas al igual que excita a nuestra protagonista. Y por eso merece ser escrita en negrita, cursiva, "la más grande" y subrayado: “No, Anastasia (…) yo no hago el amor. Yo follo… duro”.
Desde ETG, no tenemos más remedio que proponeros EL reto (un regalo y un reto, os quejaréis): utilizad LA cita para ligar en cualquier bar/biblioteca (o usarlo de respuesta para el famoso “¿Y qué, ya tienes novio/a?” de vuestros cansinos familiares) y contadnos vuestra experiencia. Porque, recordad, una orden de alejamiento es señal de que le importas y quiere que luches un poco más ;)

PERO, cuando creíamos que habíamos tenido suficiente, que no podríamos estar más excitados, aullando a la luna como Jacob en Crepúsculo/Eclipse/AmanecerparteI/
AmanecerparteIIdondeseenamoradelaniñahechaporordenador, el capítulo culmina con Christian llevando a su futura amante a un cuarto lleno de instrumentos de tortura de color rojo menstruación: Su cuarto de juegos.


A jugaaaar, a jugaaaar, a jugaaaar. A jugaar, a jugaaar sevillanas. http://www.youtube.com/watch?v=4nP1Be-168U

¡FELIZ NAVIDAD!

domingo, 29 de septiembre de 2013

Capítulo 5. Por el culo te la... ah, no. Que no hay sexo.

Ya está, hasta aquí hemos llegado, capítulo cinco y, como adelantamos en el título...



NO
HAY
SEXO





Lo único obsceno que podríamos hacer de momento sería contentarnos con la típica rimita del número y reír como quinceañeras leyendo la Súper Pop. Y NI ESO.
Nos sentimos timados. Estafados. Nos miramos entre nosotros con cara de desilusión. Esperábamos más. Estábamos seguros de que, siendo un libro de la índole de este nos encontraríamos antes con las escenas subiditas de tono. Ahora entendemos por qué es porno para mamás.

Volvemos a nuestro trabajo, que es haceros llegar nuestras impresiones sobre el capítulo y... La cosa empieza fuerte. Para poneros en situación os recordaremos cómo acabó el último capítulo: Ana, con más litros de alcohol en sangre que los canis de Gandía Shore, cae desmayada en medio de la discoteca. 
Pero, no, desgraciadamente no se da contra el suelo - como a todos nos sucedería en la vida real - sino que acaba en brazos de Christian Grey mientras Kate, su amiga, le pone el culo en pompa al hermano del susodicho. Ay, Kate, Kate, ya intuíamos que tenías que tener algún pasado turbio como bailarina de vídeos de reggaeton.

Pero, a lo que íbamos, y es al lugar donde amanece nuestra adorada protagonista: el hotel donde entrevistaron a Christian, vestida con su camiseta, sujetador, braguitas poco sexys y sin... CALCETINES. Oh-dios-mío. El Apocalipsis ha llegado. Porque todo el mundo lo sabe, despertar sin calcetines es un signo demoníaco, bestial, de mal agüero. Y todo el mundo sabe también que despertar con el olorcito rico rico de los calcetines después de haberlos llevado puestos todo el día y toda la noche es lo que toda chica respetable debería hacer. ¿O quizá E.L James nos esté dando un consejo de verdad dándonos a entender que dormir con los calcetines hará que el olor de los mismos aleje a cualquier psicópata pervertido que quiera acercársenos? ¿Alguien para comprobarlo? ¿No...? ¿Nadie? Vaya =(

Podríamos pararnos a describir un poco más esta asombrosa escena, pero rápidamente E. L. James desvía nuestra atención cuando hace aparecer a Christian Grey en la habitación vestido… con un chándal (ya había tardado en sacar a la luz su ascendencia rumana, escondiendo debajo de la camiseta los oros y el cobre que había ido a “pedir prestado” a las instalaciones eléctricas del hotel. Sí, es un chiste racista del que la autora principal de esta entrada cofcofVirginiacofcof es la única responsable). Pero eso no es lo mejor. Christian Grey ha sudado. UAU. 
A Anastasia el sudor le parece una señal inequívoca de que está ante un macho de manada y, mientras a ella le da el juju palmas, a nosotros se nos seca la boca. Pero más se nos seca cuando nuestra protagonista inspira profundamente, en una intentona bastante poco disimulada de disfrutar del olor corporal de nuestro sádico favorito. Ay, cochinota, que te estás dejando en evidencia ya con los olores. Ni Coco Chanel.

Ya empezamos a ver venir los problemas de nuestra protagonista y su, llamémoslo, autoinmolación, cuando...  Dedos Largos, en un alarde de psicopatía alarmante, la amenazan con no dejar que se siente en una semana. Una persona normal, botante y votante, habría soltado un par de tacos, se hubiese dado la vuelta, y se hubiese largado, previa denuncia. PERO NO. En vez de eso, la diosa interior inexistente (que deja más aún en evidencia los problemas psicológicos de Anastasia) y con menos cociente intelectual que nuestra protagonista, baila el baile del hula hula ante la idea. Freud, amigo, si levantases la cabeza...











Te darías con la tapa del ataúd *http://www.instantsfun.es/badumtss/* (Consejo ETG: cuando os cargue la web, presionad el botón rojo)











Pero, tranquilos, dedicaremos una entrada especial a esta diosa. Y otro pero, OJO CUIDADO. E.L James nos tenía completamente confundidos con su obra. Pensábamos que nos encontraríamos con un argumento carente de tecnicismos (el “aséptico” ya nos dejó con la boca seca unos cuantos capítulos) y completamente vacío. Pero no; nuestra autora enseña y educa, en este caso, sobre biología, con esta Anastacita: “mi bulbo raquídeo ha dejado de hacer sinapsis para que pueda respirar”. JAJAJAJA. Ni idea de lo que eso significa, seguro, pero le ha quedado que ni pintado y ahora todos pensáis que es más culta de lo que parece. JAJAJAJ. Inocentes...

Sin embargo, si os pensabais que 50 Sombras sólo os serviría para echaros las risas, estáis tan equivocados como la pronunciación inglesa de Ana Botella. Porque éste es un libro más educativo que los de texto del cole; tras un repaso a biología y neurociencia, James promueve un estudio más profundo de la psicología de sus personajes. Esto es como sacarse dos carreras.

¿Y en qué lo habréis notado? Os preguntaréis: simple. El lado psicológico fluye cuando nuestra protagonista entra en un bucle de interminables preguntas sobre lo que Christian Grey quiere hacerle, sobre el secreto tan oscuro que oculta y que hará que no quiera volver a verle nunca más.
Nosotros, con nuestro máster en “la universidad de la calle” le gritamos al libro que lo que quiere es ponerla mirando p'a Cuenca, que le va a dar leches hasta en el carnet de identidad. Pero Anastasia, como cabezona que es, no nos escucha y sigue emperrada en que Christian forma parte de alguna mafia china, o algo peor. Necesitamos un Ron Weasley que le diga que necesita poner en orden sus prioridades.

El capítulo sigue decayendo (como no podría ser de otra forma), pero nuestra lista de “peculiaridades” sobre Christian Grey en aumento. ¿Hemos oído repaso por ahí?
-          Se echa ambientador por el pecho para engatusar a Anastasia.
-          Le gusta el olor a queso de los calcetines (nada se ha vuelto a saber de esos calcetines, seguro que los ha guardado para él).
-          Quiere que Anastasia engorde like never before porque no puede tolerar que no coma. Eso nos gusta, CHRISTIAN LAS QUIERE CON CURVAS.
-          Tiene cierta tendencia a justificar todas sus acciones con un “porque puedo”. (Desconocemos si, en la versión inglesa, el “porque puedo” se acompaña con un inicial: “Bitch, please”).
-          Conoce la historia de que si alguien se deja el pelo mojado, viene el coco y te hace un apaño, ya que se pasa medio capítulo insistiendo en que Anastasia se lo seque después de la ducha (¿éramos los únicos que esperábamos que se resbalase en la ducha y se pegase la tollina del siglo? ¿No, verdad? ¿A qué le hubiese dado emoción a la novela?). Ay picarón, que ya sabemos que quieres ser el único que le haga apaños a la prota.


El nivel de sequedad de nuestra boca es cada vez mayor. Nuestras hojas de anotaciones (porque todo el mundo sabe que somos unos bloggers de nivel que cogen notas para hacer de sus entradas unos textos completos y nutridos) están a rebosar, hasta los márgenes están completos. Sudamos del esfuerzo para decidir qué merece la pena realmente o no... Y llega. El momento que esperábamos.



NO, NO ES SEXO. Pesaos. Encima que vosotros no tenéis que leerlo






Pero empieza la diversión. Anastasia, su diosa y su parte Shakira/pastor alemán vuelven a bailar el hula hula, el waka waka, el call me maybe, el batuka, baila incluso dubstep sacudiéndose como una hojilla al viento. ¿Que por qué? Sencillo: se queda sola en el baño, a punto de irse con Grey a saber dónde, tiene que arreglarse y...


TIENE QUE LAVARSE LOS DIENTES.



Pero, el drama no acaba en los paluegos. Y es que...
NO TIENE CEPILLO.

¿Y qué hace? Ponerse calentorra USANDO EL CEPILLO DE DEDOS LARGOS.

¿Y lo mejor de todo? Que se siente guay haciéndolo. Se tiente toh malota. De las del Bronx. Sólo le falta robarle el cepillo y llevárselo, como ha hecho Don Olores Grey con sus calcetines. UAU.

Ante esto sólo nos queda crear una plataforma de afectados por este capítulo, porque, seamos sinceros: ¿a quién le pone lavarse con el cepillo de dientes de otra persona? Ponerse su ropa, vale (aunque el travestismo no suele estar del todo bien visto por el/la cónyuge) ¿pero limpiarse con el mismo instrumento con el que otro ha eliminado su MIERDA BUCAL? Seguro que sólo lo recomienda ese 1 de cada 10 dentistas que nunca parece estar satisfecho con la pasta Colgate.

Todo esto nos hubiese pasado desapercibido si no fuese porque esa acción crea una perturbación en la Fuerza, algo en el mundo hace click. Lo que se viene traduciendo en una escena entre triste y fogosa en el ascensor; entre asquerosa y previsible; entre lamentable y “pegadnos un tiro para no seguir sufriendo”.
Algo que se convierte en más esperpéntico si te imaginas a Bertín y Carmen de Mairena (os la facilitamos en un vídeo que nos ha pasado uno de nuestros fans – Fer, no seas vergonzoso, te queremos: http://www.youtube.com/watch?v=A2CpF0FFSwU) dándose el lote como there is no tomorrow en el ascensor. Mejorable si añades como música ambiente el Mr. Policeman de Leticia Sabater. INMEJORABLE si pegada al cristal del ascensor te imaginas a Kristen Stewart observándote con cara de emoción (la misma que pone para cada situación de su vida). Indescriptible, vaya.


¿Deberíamos sentirnos afortunados de que se empiece la chicha del asunto, o quizá decepcionados porque ha tardado mucho en empezar lo “interesante”? Nos frotamos las manos y nuestro bulbo raquídeo vuelve a funcionar para poder respirar y pensar con claridad (¿A que queda bien, eh?).


Estad atentos, esto continuará...


domingo, 15 de septiembre de 2013

Ya está la ruleta girando, y los corazones palpitando, qué le tocará, qué le tocaráááá...

Sabemos que lo estáis deseando, sabéis que no podéis vivir ni un segundo más con la angustia palpitante de no saber quiénes van a ser los personajes a los que os imaginaréis en plena escena erótico-festiva cuando nosotros os las describamos en nuestras entradas (a no ser que las leáis vosotros y, en cuyo caso, deberíais plantearos el contactar con nosotros. Con ayuda siempre es más fácil, queridos lectores y lectoras). Ya, ya, ahora id de listos y decid que lo podéis ver perfectamente en las encuestas que no hemos borrado de la columna derecha. Que vais de eruditos ahora cuando estáis leyendo un blog que habla de semejante libro, por favor.

Pues bien. Vamos a proceder a...








Que nooooo :D




En primer lugar, tenemos que agradeceros los más del 1000 UAUS (visitas en lenguaje mortal) con las que cuenta este lugarcillo de esa basta red que es Internet. Aún no nos creemos que más de dos personas se hayan atrevido a hacer click en los miles de SPAM publicitarios que hacemos casi a diario y, sobre todo, a LEER Y DEJAR COMENTARIOS. Que sepáis que vuestro esfuerzo y dedicación puede verse recompensado con algo más que nuestro amor incondicional. Y, hasta ahí, de momento, podemos leer. Quién sabe, quizá nos dé por sortear un dedo de Christian Grey entre nuestros más fieles seguidores...

En segundo lugar, se nos hace necesaria una pequeña descripción para que os hagáis idea de los momentos de tensión máxima que se vivieron en nuestras respectivas redacciones personales (véase “la oscuridad y soledad de nuestros respectivos cuartos” para una descripción más detallada) cada vez que alguno de vosotros votabais (que no botabais, que eso sólo puede hacerlo nuestra adorada Anastasia) a los candidatos.
Por supuesto, cada uno de nosotros teníamos una opinión personalizada que, bajo ningún concepto desv... ¿POR QUÉ NO VOTASTEIS A PIPI, POR QUÉ? Que vale que las rancheras de Bertín son demasiado y que no participó por poco en los últimos premios MTV, vale que Patattinson tenga un brillo de piel que ni Edward Cullen (Oh, wait...) pero... PIPI, PIPI POR DIOS. ¿No veis cuan adecuado es para el papel? ¡Que está casado/lo que sea/sale en la tele con una ex actriz porno, que sabe de lo que habla! Y lo que hace, claramente. Se le ve en esa mirada de "soy un truhán... y ya, porque señor no".


¿Y qué nos decís de El Fary? Por dios, El Fary... Qué sólo se sentirá, que abandonado, qué... qué frío. Porque está claro que caliente no va a estar, que no le habéis elegido para darle amor en barra a la respectiva Anastasia. ¡Cuánto desprecio por vuestra parte! Mira que no querer transformar esta gran obra en 50 sombras de Walking Dead... En fin, siempre le quedará su torito guapo.
Pero que sepáis que nos ha mandado, vía ouija (que ahora están muy actualizadas, tipo WhatsApp), un mensaje para todos aquellos que no le habéis votado. Uno con mucho amor, amabilidad y, sobre todo, humildad.


Y, lo peor, es que es verdad

Pero no, en vez de eso, elegisteis a...


... Bertín Osborne. En serio, a Bertín. Estando Pipi. Es que no es normal.

No sabe ni ponerle tilde a su apellido ¿EN QUÉ ESTABAIS PENSANDO?

Los/las que le hayáis votado ya podéis pasar a por vuestro ticket de visita para sus fincas toh españolas y varoniles y a por vuestra camiseta personalizada. Sólo la hay en rosa y en la talla de la foto.

La verdad es que el hombre acaba de pegar el braguetazo de su vida (de hecho, nos lo ha confesado el mismo durante la entrevista que no le hemos hecho). 

Los de nuestra generación, allá por los nacidos entre el 91-93 (año arriba año abajo) le recordaremos como ese entrañable presentador de televisión que se divertía haciendo pasar vergüenza a los niños de Menudas Estrellas. ¿Os acordáis de ese programa? ¿VERDAD? Sí hombre, ese programa familiar de viernes por la noche en la que los padres de los participantes eran tan hijos de fruta como para mandar a sus niños a pasar vergüenza y a hacer que pasasen a la historia en forma de vídeos de Youtube para que, años después, nosotros pudiésemos mofarnos entericos viéndolos. Disfrutad de vuestra elección :D


Les hacían bullying seguro

A partir de ahí pasó a su propio programa con niños, el Grand Prix, a anunciar jamones, a pasearse por platós para tener algo de lo que comer... Y ahora no se sabe nada de él, excepto que vosotros le habéis dado esta gran oportunidad. Es como Punset, después de anunciar el pan Bimbo, poco se ha sabido. 

Pero no podemos pararnos en nuestro querido Bertín, a partir de ahora Christian (acostumbraos desde ahora o se os hará difícil empezar a imaginarle según avancen las entradas. Damos fe).
Entramos en la segunda parte de la elección de nuestros personajes particulares. Y es que... ¿quién es Christian sin una buena Anastasia? Hemos de admitir que esta parte no ha sido fácil, ni siquiera entre nosotros. Siempre estuvimos en la encrucijada entre Rosa Díez y Leticia Sabater. Personalmente dejamos un poco de lado a doña Carmen de Mairena por una razón, tal y como ella anuncia en su biografía de Twitter: “Soy puta pero mi coño lo disfruta.” Quizá tu almejilla ya haya disfrutado demasiado, Carmen ;) Que ser avariciosa es malo, hay que compartir y, con esa cara y ese cuerpo, seguro que se le presentaban más oportunidades...

¿El problema con nuestra Anastasia? Simple: HUBO EMPATE. Aunque, después de volver a visitar Google Imágenes, entendemos que no hayáis sido capaces de elegir.
Abusando de eyeliner en su etapa emo

Para que no os quejéis, en esta foto no sale ni bizca

Sí, queridos lectores, se nos seca la boca de la emoción, los ojos nos centellean ante la expectación, el corazón nos palpita cual cani pasando al lado de la policía... Así que, como somos gente de respuesta rápida ante los inconvenientes de la vida, hemos llegado a una decisión: podéis imaginaros a la Anastasia que más os guste. Nosotros, personalmente, os aconsejamos que en los capítulos pares elijáis a Carmen y en los impares a Leticia, así el reparto es más equitativo y nosotros tres recibiremos nuestros respectivos jamones por parte de nuestras chicas por ser tan eficientes y darles tanta publicidad ahora que sabemos que siguen vivas (Si lees esto, Leticia, seguramente alguno de nuestros lectores se ofrezca a ser tu futuro novio, si aún sigues abierta a conocer gente :D). Del mismo modo, al intercambiar protagonistas, la novela gozará de un bagaje cultural sin igual, cosa que, realmente, le hace un poquito de falta.

Esperamos que estéis contentos con los resultados (siempre podéis comentar en nuestro querido y democrático blog, mostrando vuestro descontento o vuestra increíble excitación al ver a vuestro ídolo elegido como Christian/Anastasia). Por si acaso, os dejamos con un temazo de una de vuestras elegidas, para que os vayáis a sangrar un ratito por los oídos o a torturar a vuestra familia poniéndolo a todo trapo. Ya se sabe, el amor familiar <3


Ni los Bee Gees

PD: Cantadle a vuestro abuelo al oído en Nochebuena lo de "cuerpos musculosos, me pone su anaconda" y veréis cómo las cenas familiares se ponen a otro nivel. Es un consejo de ETG. 

martes, 3 de septiembre de 2013

¡EXTRA, EXTRA!: El gen gay, incompatible con la actuación.

Se nos ha secado la boca, y no precisamente de excitación, al saber que ya han sido elegidos los dos actores que encarnarán a la pareja del momento: Plastastasia y Christian “dedos” Grey ¡y ni siquiera han utilizado una encuesta!

En un alarde de sinceridad os diremos que el objetivo inicial de esta entrada era comparar la nada acertada sabia elección de la productora y la opinión de nuestros lectores (aunque la encuesta para elegir a la verdadera Anastasia sigue abierta ¡vota como un/a adulto/a del estado de Washington!); en definitiva, un duelo entre Bertín y ese actor que salió en Queer as Folk. Si lo buscáis en Google – como tuvimos que hacer nosotros para ponerle cara – os saldrá que se llama Charlie Hunnam. No, no sabemos cuál es la longitud de su mano, sus dedos o sus piernas (ninguna de las tres); y eso que hemos recurrido incluso al buscador de Yahoo y a WikiLeaks. Pero bueno, no todo está perdido, siempre queda la opción de calcularlo a ojo si pincháis en “Google imágenes” y, de paso, podréis disfrutar de varias fotos de este simpático ermitaño

¿Es un ombligo o un tercer pezón?
Y, si ni con esas sabéis quién es, no os preocupéis: no estáis solos. Aunque debería daros vergüenza, que, en su casa, a Charlie siempre le ponen un plato de comida cuando va al mediodía.

Pero criticar al chaval dejó de ser el punto central de esta entrada en cuanto nos lo propusimos. Todos los enfermos que nos leéis día a día (¿día a día? ¿Pero estáis locos?) sabéis que Bertín siempre será la elección acertada y poner a Charlie a caer de un burro solamente nos quitaría la razón. Eso ya se lo dejamos a los tertulianos de Telecinco. Porque siguen emitiendo Sálvame ¿no?

Además, si este muchacho de mundo ha pasado el casting, será porque E. L. le ha visto único, incomparable, inconfundible, como un Ferrero Rocher… o habrá pensado que el equipo de maquillaje y vestuario (así como Afflelou y su cargamento de lentillas… ¿a qué película os recuerda eso?) hará milagros; ya que lo ha antepuesto a actores como Matt Bomer o Ian Somerhalder (dos de nuestros grandes y únicos favoritos). Para no discriminar, también os ofrecemos imágenes de ambos:

¿No os ha dejado embarazados con esa mirada?

Quién fuera camiseta blanca, para esos abdominales que marcas.

¡Fijaos qué casualidad! En relación con el primero y con la discriminación, desembocamos en el nuevo, único e inigualable objetivo de nuestra entrada ¡TACHÁÁÁÁÁÁN!: analizar las declaraciones de nuestra pésima autora favorita acerca de por qué Matt NO puede ser Christian Grey (conseguidas gracias a la web de Telecinco: http://www.telecinco.es/informativos/cultura/Matt-Bomer-puede-Christian-Grey_0_1662675092.html).

Y es que, antes de hacer click en el enlace facilitado, todo el mundo puede pensar que la única, principal, intransferible, católica, apostólica y romana razón por la que Bomer no puede interpretar a nuestro psicópata primario favorito, se debe a que sus habilidades actorales convencen menos a un director que las de Mario Casas con camiseta. O quizá porque tiene los dedos demasiado cortos o morcillones. 


Sin embargo, parece ser que el impedimento es el siguiente: Matt es abiertamente gay, así que científicos de todo el mundo han determinado que, para este papel, no vale. ¡Y no! ¡Ni se os ocurra, mentes sucias! Que ya os vemos ahí lanzando la pullita de: “joder, pos con las mismas, el Charlie ese es heterosexual y trabajó en una serie de temática gay”. Ay, pillines, cómo os gusta polemizar con estas cosas.

Aunque es cierto que E. L. “ser gay es una discapacidad” James no sorprende a nadie. A nada que uno se lea un poco el libro descubre que esta autora es más del Opus Pocus que su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer. Sí, todo junto, para que no haya rivalidades con Aznar los domingos de misa. Más que nada porque todo es una oda a la castidad y la sumisión por parte de la mujer...


(aunque lo de la castidad se acabe en el capítulo… 8. ¿QUÉ? ¿OCHO? ¿AÚN NOS QUEDAN CUATRO CAPÍTULOS MÁS PARA LLEGAR A ESE MOMENTO?




...tened en cuenta que Anastasia es virgen de boca y vagina hasta que conoce a Grey y – atención, SPOILER – según nos hemos enterado, es el hombre con el que se casa y tiene hijos… en los meses sucesivos. Literalmente, un par de meses después de conocerlo. Hombre que, recordemos, le rastrea el móvil para ver dónde se encuentra en todo momento, así como pretende (algo que detallaremos en próximas entregas) que ella firme un contrato en la que toda su voluntad se anula. ¿No es un romántico de los que ya no quedan?

No obstante, ahora queda el golpe de gracia y es que, tras esta polémica cita:
Matt Bomer  no es el adecuado para Christian Grey porque él es abiertamente gay. Es un gran actor para interpretar otros roles, pero no el adecuado para este”… vendrá LA REDENCIÓN, con otra cita famosa que la visualizamos, tipo: “pero yo tengo muchos amigos gays. Mi peluquero, Jean Paul es un maestro en cortarme las puntas y también un enfermo al que le van los nabos hombres. Le recomendé un par de veces que hiciera terapia y probase la nueva vacuna contra ese mal de Satán esta nueva moda, pero aún lo estamos negociando”.

Nosotros le damos tres días para que intente calmar las aguas. Mientras tanto, nos despedimos con un pareado de E. L.: “si eres gay y quieres actuar, más vale que no quieras hacer de heterosexual”.





jueves, 29 de agosto de 2013

Capítulo 4: Pitbull te sujeta el pelo

Bienvenidos una vez más a este blog que perderá su fe como no llegue el sexo pronto. 

Ponemos los ojos en blanco al ver las páginas que llevamos leídas: ¡85! Y NI SIQUIERA se han besado. Parpadeamos repetidamente, hasta sentirnos llenos de éxtasis en la discoteca de Mentiras y gordas. Nos quitamos las lentillas antes de que pasen a formar parte de nuestra córnea.

Se nos seca la boca, pero hoy no es un problema de deshidratación, sino de juventud y ganas de quemar Madrid. Comprendednos ¿quién no iba a irse de fiesta un miércoles de agosto a una zona de lujo que no se puede comparar ni con Puerto Banús? Exacto, hablamos de Las Lonjas de Moratalaz: lugar por excelencia de peregrinación de canis refinados, es además el sitio de moda de las parejas de señores y señoras, en la horquilla de edad de las lectoras de 50 Sombras, que se atavían como si fuese Nochevieja, para perrear al son de la música de los jóvenes - porque ellos se sienten felices veinteañeros (cabeza de viejo, cuerpo de joven) - y acabar borrachos a base de daikiris, dándose el lote como unos adolescentes novicios en cualquier rincón. Un espectáculo digno de ver con una sangría Don Simón en la mano, para empaparse de las maravillosas y apasionadas historias de amor que sonrojarían hasta al mismísimo Christian Grey.


Como no queremos envidiaros con nuestra trepidante vida, volvemos a daros una sorpresa que carece de ser sorprendente. Como ya hiciésemos con el protagonista masculino de nuestra historia de sexo sin sexo preferida, y viendo la buena acogida que tuvo entre los enfermos fervientes seguidores que nos leen a diario, hemos optado por realizar ¡otra encuesta! 
Sí, como si no fuesen suficientes las que nos hacen por teléfono, en la puerta de nuestra casa, por Internet, en el móvil, en el metro, en la calle, en clase, en el trabajo y hasta en los hoteles.  
¡Ah, los hoteles! Esos lugares a los que uno va a descansar de la agobiante rutina y, cuando llega a su habitación de 30 metros cuadrados, huyendo del mundanal ruido y tedio de la gran urbe, se encuentra en el escritorio con un folio DIN A3 en el que pone “ENCUESTA DE SATISFACCIÓN DEL CLIENTE” en la que pones que todo te encanta para poder volver. Porque, reconozcámoslo, sólo has venido por el buffet libre del restaurante y la playa, que para eso has estado seis horas de viaje a Valencia, metido en atascos insufribles y has resistido el impulso de tirar por la ventanilla al meón/meona de la familia, que tenía que parar cada vez que arrancabas el motor de tu Seiscientos.

Sin más dilación os dejamos con el reparto femenino de estrellas que dejaría en bragas al mismísimo Paseo de la Fama de Hollywood:

-         Kristen Stewart: Como sabéis, la protagonista, Ana, tiene demasiadas similitudes con el papel que nuestra actriz favorita encarnaba en la profunda y filosófica obra “Crepúsculo” escrita por Platón  Stephenie Meyer, y llevada al cine por algún mamarracho  gran visionario de la industria.  ¿Pero qué similitudes tienen las dos? Os preguntaréis... sólo las mentes más despiertas pueden verlas: Bella Swan es torpe, desaliñada, por supuesto VIRGEN Y ABSTEMIA y no sabe hablar con el guapísimo y misterioso Grey-Pattattinson. ¿Plagio? ¿Qué plagio? El día que E. L. James plagie algo, Lucía Etxebarría participará en un reality show.
En definitiva, este papel en nuestra imaginación sería la oportunidad de Kristen, su salto definitivo a la fama, lo que le permitiría mostrar sus dotes de actuación (no en vano la llaman “La mujer de las mil caras”). Además ¡ayudaríais a otro personaje muy querido en la industria! ¡Su dobladora! Por fin ésta mostraría su saber hacer ante los quejidos guturales que emite Stewart cuando supuestamente tiene que hablar. ¿Y qué mejor papel para gruñir que éste de sexo sin sexo?

-         Carmen De Mairena: La gran diva del espectáculo de España pretende dar el salto a la gran pantalla de nuestro blog. Carmen, que  lleva a sus espaldas años de actuaciones en clubes nocturnos de Barcelona, cuenta con sobrada ventaja. Es conocida por la tercera edad por culpa de la factoría de frikis por excelencia: “Crónicas Marcianas”; esa gran producción en la que nos mostró sus cualidades, a saber: sus dos pechos seniles y su movimiento de lengua.
Poetisa chabacana del siglo veintiuno encuadrada en el movimiento postmoderno y metida a política en su ciudad natal (dónde cosechó más votos que la secta rosa de Rosa Díez, UPyD) quiere seguir en la línea de mostrar más talento que el derrochado en un vídeo porno con Dinio. Su gran frase en el film: “Que electricista ni que electricista que tengo el chichi echando chispas” nos hace sentir que es idónea para el papel. ¿No se os ponen los pelos de punta cuando pensáis en votarla?

-         Leticia Sabater: Leticia se merece una décima otra oportunidad. Sobre todo tras lo bien lo hizo educando a la generación de niños de comienzos de los años noventa (AKA Los autores del Blog) con sus grandes bailes y canciones como el “Letirap” y sus frases molonguis como “Al mediodía, alegría” u “Okey Okey, Makey”. Pero tras su éxito con la muchachada, a falta de una buena dosis de fama, la buena de Leticia se echó a perder y se dedicó a vagabundear por programas de baja calaña, acabando por adquirir un más que notable y hermoso estrabismo. Después, cuando todos creíamos que estaba muerta y enterrada en una zanja, volvió al mundo de la música con un single súper sensual titulado “Mister Policeman” en el que hace de prostimita a las bailarinas de los videoclips de reggeaton, o a Miley Cyrus (esa chica que está para el desguace y que, inexplicablemente, pone cachondos a los hombres). Lo que la hace idónea para nuestra encuesta es su baile sin freno y lleno de lujuria en el mencionado single, en una piscina rodeada de culturistas en la que saltaba hasta que se le veían los píxeles del pecho, tarareando una letra que sería la BSO de cualquier musical del momento. Por todo ello y porque no tiene novio, confiamos en sus dotes de actriz y en su necesidad sexual para clavar este papel tan juvenil, tronquis.

-         Rosa Díez: La sucedáneo de fascista política vestida de rosa se merece un respeto y una profesión de verdad, para poder sentirse realizada entre tontería y tontería que sale de su boca. Su candidatura se ha antepuesto a la de otros pesos pesados del politiqueo, como Cospedal, gracias a que unos de los componente de nuestro equipo se ha leído dos capítulos del libro de Díez.
Su reflexión: me propuse leérmelo entero junto al de 50 sombras, llamadme loco, podéis hacerme una estatua de oro si queréis. Pero esto sólo ha conseguido alimentar mi odio hacia ese ser que... *censurado*.
Además, nos hemos visto obligados a ofrecerle el puesto, ya que su partido aboga por la igualdad ¿y qué mejor igualdad que  equipararse a su gran amigo, actor y aún mejor político Toni Cantó (cuya carrera es fulgurante)? ¿No os imagináis a Rosa Díez con un vestido de Ágata Ruiz de la Prada completamente rosa en la alfombra roja de los Óscar, intentando ligar con George Clooney?  Nosotros tampoco. Sólo por esa imagen, merece vuestro voto.

-         Isabel Pantoja: Necesitábamos a una folclórica entre nuestras candidatas pero, como ya se han muerto la mayoría, tenemos que tirar de las rebeldes sin causa ante la justicia. Exacto, como bien habéis leído en el subrayado, nos referimos a La Panto, esa mujer que no se afeita el bigote since 1975. Gran cantante de renombre, conocida en las américas y las áfricas, representa la Marca España a la perfección: flamenco, cortijos en Andalucía, amores con toreros, hijos gordos que se meten a DJ, noviazgos con políticos y blanqueo de dinero. Ella es un concentrado de lo que España quiere mostrarle al mundo y, si ese mundo, los señores policías y la candidatura a los Juegos Olímpicos de 2020 que es una oda a las chanclas nos lo permiten, haremos que también deslumbre con su arte y sus bailes a toda una generación de amantes del sadomasoquismo mal contado. Porque sabemos que, aunque su compañero en ésta aventura fílmica no sea el gran galán Julián Muñoz, le echará todo su arrojo y pasión, cantando aquella de “Marinero de luces” como banda sonora de su primera penetración. ¿Os la queréis perder?

¡UAU! ¡GUAU! ¡SÍ, TRONQUIS!

Y ahora, vamos al tajo. Esta vez no pensamos hacer un flashback sobre lo ocurrido anteriormente - podéis iros a los otros capítulos en el blog (¡vagos! Bueno, sí, vagos nosotros, pero es nuestro blog y esto nunca ha sido una democracia) - porque nos encontramos realmente emocionados con el clímax final con el que os abandonamos en la entrada anterior. 
Recordad que dejamos a Ana a punto de ser atropellada por un ciclista A TODA VELOCIDAD y que Grey, tan caballeroso él, la agarró para salvarla la vida y ahora están boca a boca, muy cerquita y sin besarse. Plastastasia sigue siendo virgen de beso.
Este nuevo capítulo empieza con la parte pastor alemán de Ana saliendo a relucir a la par que ella jadea para sus adentros cual perra en celo demandando un beso. Sin embargo, contra todo pronóstico, y para alargar más esta insufrible trama, Grey, muy sabio y contenido, ferviente seguidor del halo de castidad de los Jonas Brothers, la aparta a tiempo. Ante este despertar hormonal acompañado con demasiado contacto físico de sopetón, ella sólo puede hacer su gesto favorito: FRUNCIR EL CEÑO. Este gesto mágico acompaña su zambullida en la adolescencia, haciendo que nuestra guapa protagonista pase repentinamente por una fase que todo crío de los noventa ha sufrido: la vena emo. Así asistimos a pensamientos como: que no la quiere, que no le gusta, que no le hace una tortilla de espárragos... Hasta que el misterioso Grey insulta al ciclista y le amenaza con quitarle dos puntos del carné (recordemos que ahora tiene un contacto estrecho con la DGT).

De este modo, lo que vosotros veis como una escena de tensión sexual muy mal resuelta, nosotros lo vemos como el germen de una protesta ciudadana, la antesala a una nueva era de manifestaciones, ya que E. L. ha tirado a lo fácil. Y os preguntaréis ¿qué es lo fácil? ¿Crear una escena insulsa para martirizarnos con esta obra infernal sin motivo alguno, sólo para que sus más que mascados y regurgitados personajes, nada originales, estén pegados el uno al otro durante cinco páginas? No.
Lo fácil es meterse con las minorías: la minoría de los ciclistas. ¿Que hubiera sido más fácil escribir que se trataba de un coche o que Ana se cortaba con un abrelatas? ¡Mentira! Ha ido a matar al sector débil, porque nosotros estamos con el ciclista. Nos imaginamos al pobre Pancho, montado en su bicicleta pagada a plazos, obligado a conducirla en una ciudad donde el carril bici es inexistente (para que os hagáis una idea, como los de España, un centímetro más, un centímetro menos) ya que la clase política, que aboga por la "movilidad sostenible" se ha dedicado a recortar en educación, aprovechando a un profesor en paro para que trace con tiza EL PUÑETERO CARRIL BICI. Así que no, E. L. James, ni se te ocurra hacernos pensar que el pobre ciclista iba por la dirección equivocada y por el arcén cuando has creado un personaje femenino tan patético que SEGURO QUE HABÍA IRRUMPIDO EN LA DIRECCIÓN DE NUESTRO COLEGA PANCHO, JODER.

Pero, a lo que íbamos, como era de esperar, Anastasia, como siempre que se encuentra en una situación medianamente comprometida, decide huir y acaba llorando como una cría y sentada, en búsqueda del pudor, en el suelo de un párking. Probablemente no haya cosa más asquerosa que el suelo de un párking: con las pisadas de la gente, las huellas de los neumáticos, el aceite de los coches y la fauna urbana que se pasea por su superficie; además de que es el lugar idóneo para vivir una peli de miedo,  y Trending Topic en sitios visitados por violadores en serie. Sin embargo, Ana opina que es el emplazamiento perfecto para contar sus traumas infantiles nada sorprendentes: era el Patito Feo del colegio (desconocemos si se parecía a la niña de la serie homónima, aunque Las Divinas le podrían haber dado un toque musical, chispeante y divertido a esta obra infumable), lo que fomentaba que nadie la quisiera para jugar porque, para más INRI, tenía y tiene menos coordinación que un salmón bailando hip-hop. También intenta dar pena recordando que una vez se enamoró de un chico en la clase de química, por lo que podemos declarar que le gustan RARITOS. Ya sabéis, chicas, si no os gusta el quarterback del instituto y sí el jefe del equipo de debate, más os vale replantearos vuestra vida sentimental. Es un nuevo consejo de E. L. ft. El FROM.

Después, asistimos al momento verdulera que todos estabais esperando: la charla surrealista con Kate quien,  por si no lo recordáis, también muy guapa y muy profunda, también conocida como “Santa Inquisidora” por realizar preguntas incómodas como "¿Qué tal tu cita con Grey?".  Lo peor de la conversación es que, como todo el libro, decae aún más al final; aunque empieza muy bien con un “hijo de puta”, todo queda en agua de borrajas.

Con esto, nos vemos obligados a hacer un paréntesis dirigido a los hombres heterosexuales que tenéis el honor de leer la obra: las conversaciones entre mujeres NO son tan aburridas, llenas de clichés o vacías como las que se retratan aquí, en las que no se habla de nada o se utilizan símiles con la mitología para parecer intelectuales (como es el caso de Ícaro. Grabadlo bien en vuestra memoria, porque lo repite tanto que el propio Ícaro se vuelve un personaje principal).
En realidad, las verdaderas conversaciones entre mujeres sobre temas de este calibre estarían llenas de insultos varios, "tienes razón, tía, es un gilipollas" repetidos a cada palabra y frases muy profundas llenas de insultos subliminales con las que sería imposible no identificarse.

Siguiendo con la lectura, encontramos un párrafo dedicado exclusivamente a un sueño de Ana, gracias al que se pone de manifiesto, nuevamente, su estado mental ¿quién no ha deseado soñar alguna vez con dibujos de hojas en la espuma de la leche? ¿Y quién no desearía - tras leer este bodrio - que en realidad toda la vida de Ana fuera un sueño y se encontrase para siempre dormida en el párking, encerrada en una escena de cine gore?
Pero no, precisamente nuestros sueños no se hacen realidad y Anastasia por fin acaba los exámenes (¿habrá utilizado aséptico en su última redacción?), recibiendo como regalo en su propia casa un paquete muy misterioso que abre, sin pensar por un segundo que puede ser una bomba para acabar con su vida (bastante probable) o un nido de gusanos (menos improbable). Sin embargo, nuestro gozo se hunde en un pozo cuando el regalo resulta ser de Grey - un psicópata primario que, de repente, ha averiguado la dirección de su casa, pero es majo porque le manda regalos. ¿Reaccionaría igual si en vez de Dedos Largos fuera un adolescente con granos? - ¡y, sorpresa! ¡Son unas primeras ediciones del libro favorito de Anastasia! (Lo que demuestra que no entiende a su nueva presa para nada, ya que le podría haber regalado un suministro de por vida de té y haber quedado como un rey. Aunque para ello tendría que haberse disculpado primero, ya entendéis).

Hasta que llegamos... ¡AL MEOLLO DEL CAPÍTULO! La fiesta que acontece en el Bar Paco - o un club de carretera similar con un cártel con luces de neón rojas en la fachada - en el que nuestras chicas, acompañadas del nuevo Jacob y amigos a los que nunca han mencionado, van a celebrar que ya son graduadas y que pueden botar, votar y hacer volteretas. Es entonces cuando nuestra protagonista, abstemia hasta que se demostró lo contrario - se pone sorprendentemente borracha en un acto de intachable madurez, siendo la típica borracha de "un día es un día" y nos revela un gran secreto: su amigo se llama José Luis Rodríguez. 
Como sospechamos que esta identidad puede ser el germen de otra nueva ola de manifestaciones, decidimos investigar cuáles son las oscuras intenciones de E. L. al escoger ese apellido y no otro, recurriendo a la fiable Wikipedia. Ésta nos remite a José Luis Rodríguez Zapatero y a José Luis Rodríguez “El Puma”.
Asimismo, descubrimos que numerosos estudios avalados por la Universidad de Cambridge demuestran que Zapatero y “El Puma” son la misma persona y conforman un ente que sufre de doble personalidad y que no se descarta que en un futuro empiece una nueva vida como submarinista en las Islas Marianas.

Tras estos descubrimientos impactantes, dignos de La nave del misterio, decidimos volver a la lectura y no nos da tiempo a recuperarnos, ya que nos encontramos de sopetón con que Ana...

VA SOLA AL BAÑO  





EN ESTADO DE EMBRIAGUEZ 







SEGURAMENTE ES UN HOMBRE 





JAJAJAJA ¿OS LO IMAGINÁIS? AHÍ SÍ QUE GREY DISFRUTARÍA POR EL LADO DE LAS SOMBRAS JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA








pero eso no es lo importante, sino que realiza un Epic Fail y llama a Christian, echándole en cara todo lo que jamás le pensaba decir y culminando en una discusión tan terrible como un capítulo de los Teletubbies zanjada con un "voy a buscarte" por parte del macho de la manada quien, recordemos: SIGUE SIN TENER NINGUNA  PISTA CLARA SOBRE DÓNDE SE ENCUENTRA ELLA. Sin embargo, nosotros hemos sido capaces de descubrir la verdad en un especial de investigación que hemos titulado: 50 Sombras, detrás de las cámaras. Como cabía esperar, lo que sucede realmente en esta escena es que, en realidad, Ana está sentada en el váter y ha tecleado un número al azar de los que escriben en las puertas de los retretes, justo el que estaba debajo de la descripción: “Papi Camionero para niñato pasivo, zona Toledo”.

Finalmente, Ana que va más pedo que Alfredo (o no, porque según una fuente verídica en las Fallas de Valencia, Alfredo dijo que él iba más borracho) sale al fresco con su silla de madera, su vestido negro, su flor en el pelo, y un mantón para no pasar frío (o, al menos, así sucedería si votaseis a La Pantoja) y, entonces... el chico de triple personalidad Zapatero-Puma LA INTENTA BESAR (insertar aquí la BSO de Origen para más impacto). 
Pero como os llevamos comentando desde el primer momento, Ana no es una fresca cualquiera y se resiste bastante; sin embargo, su amigo José, cuya nueva identidad ahora es violador de tercera, la sujeta muy fuerte para que no huya hasta que ¡SORPRESA!... aparece Grey en el momento justo con pose de John Wayne y un tono de voz grave que acaricia una frase más dura que una piedra: “Creo que la señorita ha dicho que no", haciendo huir al peligroso atacante tras un duelo de... MIRADAS.



UAU.  




¡NO, ESPERAD! Que este giro de la trama que todos nos esperábamos no acaba aquí, porque el verdadero punto álgido llega cuando Ana echa la pota delante de su Príncipe Dedos Largos y él, en un acto de amor, utiliza esos dedos para sujetarla el pelo (no, el púbico no), hasta que rave de una vez por todas el champán, el margarita y la cerveza. Porque, en efecto, todo el mundo sabe lo bueno que es mezclar la primera vez que uno se quiere emborrachar.
Asimismo, no podemos evitar hacer un símil entre nuestro amado protagonista, y nuestro amado cantante Pitbull (GUAU, UAU). ¿No os habéis dado cuenta de que Grey y él están en todas partes?: en los bares, en las casas, tocándole el culo a modelos en las playas... Pero si en algo le supera con creces nuestro cantante favorito, es que Pit sirve para todas las ocasiones, bodas y bautizos. Todo el mundo lo sabe. ¿Que estás triste? ¡La música de Pitbull te anima! ¿Que estás on fire? ¡Pitbull Te lleva al éxtasis! ¿Que estás vomitando? ¡Pitbull te sujeta el pelo!

Tras este bochornoso espectáculo, que, por cierto ,es mucho más leve que la que se lía en los botellones de los adolescentes en El Lago, nos percatamos de que Grey no tiene suficiente con acosar a Torpe Steele, así que lleva a su hermano Elliot para que acose a la amiga de ésta, la “Santa Inqusidora” Kate; algo que no tiene ni pies ni cabeza, pero permite crear otra pareja que va a carecer de total importancia a lo largo de la trama.

En la cumbre de lo irreal, nuestra pareja vuelve al bar-disco-móvil para que la enamorada de nuestro psicópata favorito beba un vaso de agua (detallazo) y de golpe y porrazo se ponen a realizar una actividad que toda persona que acaba de vomitar llevaría a cabo sin dudar: bailar en la pista. El punto que le falta al capítulo, bueno, uno de los muchos puntos, es no saber qué canción estarían escuchando ¿“Danza Kuduro”, “Te pintaron pajaritos en el aire”, “Caliente”, “Pegadito, suavecito” o acaso los estadounidenses huyen de éstas canciones que rompen esquemas y se postulan como el gran legado de la humanidad? 
Pero dejémonos de dudas existenciales, porque E. L. nos obsequia con una nueva enseñanza: Fingers sabe bailar y Platastasia recuerda una cita de su madre, cosecha de James: “Nunca te fíes de un hombre que baile bien”. Nosotros añadiríamos otra: “No te fíes de un hombre que te sujeta la puerta ... o el pelo, a no ser que sea Pitbull. Si es él, sí. Y huye si al que vomitas es a tu padre".

Finalmente, este  capítulo cuenta con un plus para adolescente ¡las tácticas de ligoteo de Kate, patrocinados por la revista Bravo y Leticia Sabater en un intento de ser ganadora! Si queréis llevaros a todos los tíos de la disco, chicas, poned el culo en pompa dentro de vuestros vaqueros ajustados y pareced esas modelos semidesnudas de los videoclips de raperos del Bronx.
Pero cuidado ¡si os ve vuestra madre, seguramente querrá daros una charla sobre sexo seguro! Algo acerca de niños que trae la cigüeña de París o que la Torre Eiffel es un símbolo fálico.
¿Y mientras tanto? ¿Dónde está Bella 2.0? ¿Ha puesto también el culo en pompa? ¿Sigue vomitando en medio de la pista? ¡NO! Ella se encuentra on fire ¡en lo más alto! De lo que nos enteramos gracias a la capacidad de redacción de E.L., llena de descripciones que haría un niño de catorce años cuando entra por primera vez en Kapi Light, viviendo en su burbuja y hablando de las luces de colores; aunque, como Ana es una borracha pero ¡eh, ante todo graduada! piensa también en los sistemas de refracción de la luz, en los colores RGB, en las teorías de Newton y Huygens y un largo etcétera científico no apto para mezclarlo con éste libro, y súbitamente en un nada forzado giro de guion Ana se desmaya. En los brazos de Grey.

¿Dónde se ha metido Jacob?

¡Recordad que nuestra votación masculina sigue abierta! ¿Si tu favorito es Bertín... vas a dejar que siga en cabeza con esa ventaja tan pequeña? ¿Crees que Pipi es el verdadero macho ibérico y desearías imaginártelo en una escena más caliente que la Patata del Gran Prix? ¿Opinas que Hugh merece el castigo de aparecer en este blog y en la imaginación de miles de lectores que no nos leen? ¿Crees que El Fary debería resucitar para dar un verdadero salto a la fama en un musical lleno de amor y zombis? ¿Crees que el mundo se ha olvidado de Pattattinson y merece una nueva oportunidad para demostrarnos que tiene más de Cedric que de Cullen?¡Tienes hasta el 1 de septiembre

sábado, 24 de agosto de 2013

Capítulo 3: ¿Manos cortas o dedos largos?

Bienvenidos a una nueva entrega de nuestro trauma particular. Si vosotros tenéis la impresión de que esto no va a acabarse nunca ¡tranquilos! Nosotros la sentimos multiplicada por mil.
¡Pero no os preocupéis, porque seguimos vivos! Después de nuestro periodo de retiro, hemos venido con una idea que va a hacer que se os seque la boca. De hecho, se nos ha secado a nosotros.




Hemos bebido agua. Era un problema de hidratación.



Nuestra idea rocambolesca es ¡una encuesta! Y es que, devanándonos los sesos, hemos llegado a la conclusión de que la lectura se nos y os hará más amena si todos nos imaginamos a un Señor Dedos Largos, sí, pero al mismo dedos largos. Así que os proponemos que participéis en nuestro sondeo (situado en la columna de la derecha, en el que sólo hay que hacer click) y elijáis a uno de nuestros sex-symbols con el que deleitar nuestra imaginación. Porque nos debemos a vosotros, a nuestro público y a nuestro futuro Pulitzer. Los candidatos, que tan difícilmente hemos escogido son:

  •           El Fary resucitado: ¿no creéis que sería el candidato perfecto para 50 Sombras, el musical que eclipsó a ABBA?  Con su frescura, su talento y su fama ya adquirida tras años en el panorama musical, Broadway se le quedaría pequeño en dos semanas. ¡Un éxito de ventas asegurado con un toque español! (¿Y es que quién no ha imaginado sus relaciones sexuales al ritmo de “ay torito, ay torito guapo”?)
  •           Hugh Jackman: porque Hugh hace bien cualquier tipo de papel y ha mostrado ser un actor que está buenísimo para público de todas las edades de lo más versátil. Lo mismo hace de musculoso en películas de acción, que de musculoso en películas sobre aborígenes, que de padrazo musculoso en musicales.
  •           Roberto Pattattinson: aunque no nos hemos fijado en la longitud de sus dedos, no podía faltar en esta lista. No sé si os habéis fijado, pero Gris se parece sospechosamente a él en algunas cosas; no obstante aún no sabemos si va a casa de Anastasia a verla dormir. Que no os frene el problema de que brille a la luz del sol, hemos hablado con expertos y se podría eliminar con efectos especiales.
  •           Bertín Osborne: ¿quién no ha pensado en un verdadero macho ibérico al imaginarse al señor Sombras? ¿Y qué mejor ejemplo de macho que Bertín? ¡Ya basta de producto yanqui! Queremos realismo y queremos un truhán que le pueda calentar la oreja a Anastasia con una buena ranchera de vez en cuando.
  •           Pipi Estrada: otro señor de los pies a la cabeza, como el anterior. Éste, además, se encuentra realmente metido en la industria del porno, lo que le da puntos para la interpretación. Sólo ver su penetrante mirada en la imagen de los candidatos, hace que se nos erice el vello. ¿A ti no? ¡MENTIRA!

*Johnny Depp queda excluido de la lista porque venía en pack indivisible con Tim Burton

Como sabemos que es una decisión difícil, os daremos una semana para aclarar vuestras ideas y expresar libremente vuestra opinión. No aceptaremos sobornos por candidato alguno; o, al menos, sobornos que no nos gusten.

¡UAU! ¿No hace calor aquí?

No obstante, hasta que tengamos los resultados – que serán, por supuesto, certificados ante notario – seguiremos con el tercer capítulo que, dentro de ser mortalmente aburrido y estar lleno de largos dedos (verídico, plagado), cuenta con un final que no tiene desperdicio.  Y no, tampoco hay sexo.

En entregas anteriores, por si no recordáis, Anastasia tiene un lado perruno y trabaja en una tienda tipo Leroy Merlín ©. Además, descubrimos que, para nuestra amada protagonista, salir a la calle es una agonía, ya que nadie puede evitar caer enamorado de ella y se ve forzada a rechazar amantes potenciales mientras llora sobre sus libros. Sin embargo, todo cambia cuando el siniestro, que no misterioso, Christian ha decidido ir a comprar utensilios de bricolaje sólo para verla jadear y mirarle el culo entre estantes ¿romántico, verdad?

Esta tercera parte empieza sin defraudar a nadie: vuelve a decaer desde el principio, comenzando con una conversación telefónica entre Kate y Ana, tan interesante como leer la etiqueta de un champú. Lo único que nos seca la boca es que Anastasia es una hater (que, en traducción libre calificaremos como “malota”) que habla en horario de trabajo aunque, como sabéis, todo se le perdona porque el hijo del dueño quiere una cita con ella. Éste, cómo no, vuelve a pedirle salir por decimonovena vez en un lapso de dos páginas para terminar convenientemente rechazado; lo que indica que Anastasia es una mujer que sabe lo que quiere y lo que no y se reserva virgen para Grey porque es muy bonito que él sea su primer y único hombre aunque tenga claros problemas psicológicos.
Dicha charla entre amigas culmina con una idea tan esperpéntica como nuestra encuesta: hacerle una sesión de fotos al hombre que siempre viste con camisa de lino y vaqueros o pantalones grises. (¿Os imagináis el armario de Grey lleno de camisetas y pantalones iguales? ¿Será un dibujo animado? ¿Tendríamos que haber incluido a Bart Simpson bajo Pipi Estrada?)

La famosa sesión es, sin lugar a dudas, la típica excusa de la autora para juntar forzosamente a todos los personajes en una misma habitación y empezar a crear un triángulo amoroso resuelto antes de haberse producido. ¿Por qué? ¿ES QUE NO HABÉIS APRENDIDO NADA EN ESTAS TRES ENTRADAS QUE LLEVAMOS? Porque Grey siempre gana, porque es el protagonista y porque tiene los dedos largos, las piernas largas (las tres)… y parad de contar. Que aunque a la protagonista le gusten los héroes literarios estilo Darcy, va a optar por dejar de lado todas sus creencias e ideales por un macho con rasgos de perfecto psicópata; algo de lo que es consciente en breves y esperanzadores momentos de lucidez que desaparecen más rápido que la pizza de anoche de la nevera tras una noche de fiesta.

Por supuesto, en toda la conversación no falta un trepidante UAU  pensado por nuestra protagonista que, al igual que con su padre, también se comunica consigo misma en aullidos.
Miramos el casting de Teen Wolf por si algún personaje se llama Anastasia Steele. Búsqueda infructuosa.  


Pero Ana no solamente es prima hermana de Colmillo blanco, sino que padece un serio trastorno del que nadie debería burlarse (a no ser que habléis de la protagonista de esta novela. Entonces sí, burlaos sin piedad): el autismo. E. L. nunca lo deja explícitamente claro a lo largo de la lectura, pero las mentes despiertas hemos conseguido descifrarlo gracias a una cita tan aséptica que no tiene parangón:
“Me abrazo a mí misma con silenciosa alegría y giro a derecha a izquierda”.
Desde aquí proponemos una quedada multitudinaria para mostrar nuestro apoyo a Ana Steele haciendo la croqueta por una ladera. Pero sólo para los que voten en la encuesta, a ver si os vais a creer que quedamos con cualquiera.

A continuación, siguiendo con la lectura, nos topamos de frente y sin frenos con otra llamada telefónica de la que no podemos huir; esta vez, entre nuestros protagonistas. Aunque dicha llamada sea aburrida hasta el punto de querer cerrar el libro y no verlo nunca más, es mejor que el intercambio de mails que se producirá en capítulos posteriores, creednos.  Toda ella se resume en un despliegue de habilidades dignas de sentido arácnido entre Grey y enamorada de Grey en una encarnizada competición que ella gana por goleada. Mientras que el primero consigue sacar, sorprendentemente, algo en claro cuando ella se pasa la charla entera jadeando, temblando y con la respiración cortada; ella le supera oyendo su sonrisa – sí, oyendo su sonrisa. Oyéndola. La sonrisa. Oír una sonrisa. Es que la oye mientras jadea. De verdad, que es que lo pone y todo ¿Dónde está Iker Jiménez cuando se le necesita? – o viendo el destello de sus ojos al otro lado de la línea.

No obstante, por si no os habíais enterado, E. L. es una mujer de frases épicas, y nos lo vuelve a demostrar con una cita que nos deja temblando, sin aliento y nos ruboriza:
“Parezco una cría, no una mujer adulta que puede votar y beber alcohol en el estado de Washington”.
Nueva enseñanza Esopo ft. E. L.: todo el mundo sabe que votar, botar y beber alcohol te convierte automáticamente en una persona adulta. Pero una como Anastasia, otro de los efectos nocivos del alcohol. Proponemos al Ministerio que el próximo anuncio en el que se intente concienciar a los jóvenes sobre el abuso de sustancias nocivas, solamente muestren esta cita y su autora. Y no os olvidéis de la foto de Grey en el salpicadero. ¿Es que no veis que 50 Sombras os está salvando la vida?

Como esto va para largo, os evitaremos el comentario de la tortura que supone leer una sesión de fotos tan aburrida y sobrante, que se resume en una serie de miradas de Ana a su objeto de deseo – que también tiene las piernas largas, por si no ha quedado claro. A lo mejor deberíamos incluir también a Romay en la encuesta – con el que se dedica a soñar por las noches, descrita con frases elaboradas por una criatura que hemos catalogado como mitad redactora de Súper Pop, mitad guionista de anuncio de Loewe: “está alucinantemente bueno” o “le estrecho la mano mientras parpadeo repetidamente” son sólo unos ejemplos.
Ni que decir tiene que seguimos siendo personas con curiosidad científica; así que, al igual que la coleta con los ojos en blanco, intentamos darnos la mano entre nosotros, parpadeando como si estuviéramos en una discoteca colocados de éxtasis hasta las cejas y jadeando para darle más efecto al asunto. El único resultado que conseguimos es una migraña de tres días y problemas de coordinación.
Pero nuestra autora favorita no se queda ahí, sino que se atreve a lanzar una segunda enseñanza con un calado tal que ni las del mismísimo Sócrates: si tus padres tienen dinero y has ido a los mejores colegios privados, serás una persona segura de ti misma.

Y ya, cuando pensamos que la cosa no puede más que ir a peor ¡LLEGA EL PUNTO ÁLGIDO DEL CAPÍTULO! La cita para tomar un café entre Grey y Anastasia que emocionó a Spielberg… porque prácticamente es una entrevista de trabajo salpicada con más frases de Súper Pop y promoción de la marca favorita de té de Anastasia, la cual todas las adolescentes beberán de forma empedernida, aunque una bolsa les pueda costar más que una cápsula de las de George Clooney. Ejemplos:
"Un dólar por sus pensamientos"

 - Muy bien, un té negro ¿Dulce?  
Me quedo un segundo perpleja, pensando que se refiere a mí, pero por suerte aparece mi subconsciente frunciendo los labios. No, tonta… que si lo quieres con azúcar.
Pensamientos de una mujer adulta que puede beber y votar.  ¿De verdad que el traductor no quiso escribir botar?

Sin embargo, la revelación que os va a dejar la boca aséptica a todos es cuando Mr. Fingers, tras preguntarle a la protagonista por toda su vida e interesarse descaradamente por la parte más sentimental, confiesa que él…

NO

TIENE

NOVIAS

De lo que una persona normal podría deducir que es monógamo o de rollos, y lo que podría derivar en una conversación un tanto trascendental sobre los motivos que le impulsan entonces a acercarse a ella y dejar de marearla como si tuviera quince años, se transforma en un acto tan maduro como digno de votar y beber: Anastasia se lanza a la carretera como un cervatillo herido… y casi es atropellada.

Por una bicicleta.




Una bicicleta a toda velocidad.




UAU.




A puntico de romperse una pierna.

Sin embargo, nuestra mente despierta ha sacado un levísimo parecido con esta escena.


¿A que mola la expresividad de Kristen?

¡Pero no, hay diferencias! Esta vez él no sale por patas como un casto vampiro del siglo chupicientos, sino que la abraza para crear el tan esperado momento de tensión sexual que ha salido de la nada; y solamente por esa escena forzada, haremos el honor a E. L. de escribir nuestra última parte como a ella le gusta: con miles de puntos.

Anastasia inhala profundamente su aroma “limpio y saludable”.  Deducimos que Grey tenía todo planeado. Seguramente se había pasado un ambientador. Por el pecho. Pero si creéis que no podéis jadear más ¡cuidado! Porque la tensión sexual crece. Se miran durante un instante eterno... cortinilla de estrellas y… fundido en negro.



Continuará